Ha llegado el momento en el que nuestro hijo (a) adolescente deberá escoger el rumbo de su educación.
Partiendo del conocimiento de “quien es” y la aspiración de “quien desea ser” hará un alto en su camino para definir las bases de su “Proyecto de Vida”.
La familia vive uno de los periodos más interesantes y relevantes en la vida de ese (a) joven, compartiendo consultas, evaluaciones, opiniones sobre las diferentes alternativas de estudio, observando las características de las profesiones y ocupaciones de personas cercanas, familiares, amigos, personalidades públicas, siempre buscando referencias.
Un buen proceso de orientación vocacional deberá facilitar la obtención de respuestas a todas aquellas interrogantes que se presenten a la hora de tomar decisiones acerca de la carrera a elegir, al acercarse la terminación de la educación secundaria
El adolescente enmarcará su análisis, contando con que su decisión le facilite satisfacer sus necesidades de desarrollo personal, ya determinadas en su Proyecto de Vida.
A través del Autoconocimiento, deberá estar en capacidad de reconocer sus intereses, habilidades, aptitudes, actitudes, fortalezas, gustos, capacidad de desempeño y debilidades.
Deberá haber obtenido suficiente información, objetiva, sobre las características de las diferentes carreras universitarias disponibles, objetivos, alcance, área de desempeño, requisitos para el ingreso, costos, ubicación de las escuelas.
Deberá conocer las características del mercado laboral en el que ejercerá la ocupación o profesión elegida.
Si iniciamos el proceso oportunamente y ejecutamos las acciones pertinentes, todo saldrá como deseamos, ya que habremos cubierto ampliamente todos los aspectos necesarios para ayudar a nuestro (a) hijo (a) a que efectúe una toma de decisiones acertada.
Konekataremba, haz que todo sople a tu favor
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