El acoso escolar (bullying). Parte II.
Prevención en el seno del Hogar y en la escuela
Como padres no quisiéramos tener que
enfrentarnos a la posibilidad de que alguno de nuestros hijos formara parte de
ese triangulo de personajes que caracterizan el acoso escolar: Un acosador violento, agresivo, una víctima angustiada, pasiva, temerosa o un testigo cómplice por su silencio ante los
hechos. Mucho menos, cuando reconocemos que esta situación, si no es corregida
a tiempo, puede dar origen al desarrollo de conductas de profunda inadecuación
social cuando sean adultos, anticipando la aparición de futuros delincuentes
agresores o ciudadanos apáticos sin compromiso ni voluntad para defender
sus principios.
Es en el seno de la familia donde los niños y adolescentes reciben
la enseñanza de valores, donde se definen las normas y se debe hacer seguimiento a su
cumplimiento, donde los límites deben estar bien definidos, donde se debe
evaluar, analizar y corregir comportamientos. Donde se enseñan las bases de la
socialización, donde debemos revisar con objetividad nuestras palabras y
acciones sabiendo que somos utilizados como modelo o referencia de comportamiento.
Los padres debemos reconocer las
características de nuestra familia. Revisar si existen rasgos de violencia,
negligencia, agresividad, autoritarismo, hostilidad, irrespeto,
permisividad o indiferencia que puedan propiciar la aparición
del fenómeno del acoso o si por el contrario propiciamos el respeto, la participación, la tolerancia, la empatía, la coherencia, el uso de la inteligencia emocional, la buena comunicación como características que
ayuden a desarrollar y fortalecer a nuestros hijos, creando seres
equilibrados, asertivos, con una buena autoestima, empáticos, solidarios,
con adecuadas habilidades personales y sociales.
Es necesario que los padres estén
debidamente informados sobre las características del acoso escolar , de
forma tal que tengan la capacidad de detectar, oportunamente, su aparición
colaborando en su erradicación.
Los padres deben estar atentos a la
presencia de conductas anormales en sus hijos. Deben ser capaces de mantener
una comunicación honesta, abierta con sus hijos, quienes puedan
manifestar sus frustraciones, angustias o rabias, sin recriminaciones. Que les
permita mantener conversaciones con ellos, con confianza y respeto, de forma tal que puedan tener
conocimiento de cualquier situación de acoso a la cual se estén enfrentando,
pasiva o activamente. Deben conocer las características de las actividades
diarias que efectúan sus hijos, sin ser invasivos de su intimidad. Deben
conocer sus amistades, las características de su conducta y la de sus
familiares, ya que pudieran estar expuestos a un entorno agresivo en su
edificio, urbanización o barrio el cual propicie el desarrollo de actitudes
violentas. Deben intervenir ante la presencia de situaciones, que
utilizan las burlas, bromas pesadas, amenazas o cualquier otro tipo de agresiones entre hermanos, familiares y amigos de
sus hijos las cuales, pudiendo parecer como de poca importancia, puedan
convertirse en la semilla de futuras situaciones de acoso. Los padres deben
establecer claramente las bases para que no se repitan. Deben acompañar
y aconsejar a sus hijos en la
adecuada interpretación de las películas, juegos o programas que contengan
acciones violentas, haciéndoles entender que la violencia no puede ser
utilizada como forma de expresión o forma de manejo del poder sobre las
otras personas.
Desde pequeños, los padres deben
orientar a sus hijos en el desarrollo e implementación de un “plan de vida” en el cual se defina el camino a seguir para lograr
sus objetivos a corto, mediano y largo plazo, reforzando el valor de la
dedicación, constancia, esfuerzo, autoestima y crecimiento personal, propiciando la participación de los hijos en
actividades de desarrollo intelectual, físico o cultural en las cuales puedan
canalizar su energía de forma creativa y útil para su desarrollo.
De esta forma, se minimizará el riesgo de que puedan ser seducidos
por aquellos modelos negativos que pueden observar en el cine, la televisión o
la sociedad misma, quienes aspiran a obtenerlo todo, sin esfuerzo, sin
sacrifico, sin trabajo, sin posponer gratificaciones, sin renunciar a nada, con
sentido de inmediatez y con el uso de la violencia y el poder.
En el ámbito escolar Los profesores deben ser
capacitados para que puedan desarrollar aquellas capacidades que les permitan,
de manera preventiva, identificar las características de los elementos que pudieran
generar futuras situaciones de acoso. Deben detectar aquellas conductas de los alumnos que
pudieran sugerir que enfrentan situaciones de falta de estabilidad en sus
hogares, violencia, abuso verbal o físico, falta de empatía con sus compañeros,
apatía, depresión, irrespeto a las normas y principios de convivencia en la
comunidad escolar. Deben propiciar la realización de charlas de orientación sobre el Acoso Escolar para Padres,
Representantes, Alumnos, Docentes y demás personal de los colegios de manera de
que todos conozcan sus características y como abordarlo. Deben facilitar, de
manera discreta, la ayuda sicológica a los alumnos quienes presenten cambios
en su conducta o conductas inapropiadas a objeto de brindarles el debido apoyo
tanto a ellos como a sus familiares. Deben evaluar, de forma regular y periódica, el clima
de convivencia dentro de la
comunidad educativa, a objeto de determinar si se están produciendo elementos
que propicien la aparición del acoso. Deben promover los valores y la disciplina y velar por que sus alumnos se
encuentren a buen resguardo dentro del plantel, exigiendo que se mantenga
una continua y adecuada vigilancia sobre todas las áreas del mismo, salones,
patios, comedores, baños, bibliotecas, sobre todo en aquellos colegios de grandes
dimensiones. Deben promover la denuncia de situaciones de acoso escolar, tanto
por parte de las victimas como por parte de los testigos, colocando, por
ejemplo, buzones o páginas web para denuncias. Revisar con los Padres y
Representantes la materia relacionada con las reglas de convivencia y la percepción de autoridad
de los profesores en el ámbito escolar y
sus atribuciones dentro de las regulaciones legales actuales, a objeto de que
las pautas de su actuación en materia de prevención y corrección del Acoso
Escolar sean compartidas por la Comunidad Educativa. Deben informar la posición
de la Escuela contra el Acoso Escolar y las acciones que tomarán para evitar la
aparición de ese tipo de conductas. Deben estar dotados de los recursos
necesarios para su desarrollo en materia de negociación y resolución de conflictos en el ambiente escolar.
Acompañando a nuestros niños y
adolescentes en un ambiente de amor, cuidado y atención continua y con la
colaboración de una comunidad educativa bien formada, estaremos en capacidad de
detectar e intervenir oportunamente en las situaciones de riesgo,
previniendo la generación de problemas de acoso escolar.
Konekataremba, haz
que todo sople a tu favor.